jueves, 5 de junio de 2008

"K"ATARSIS AMOROSA en clave de HAY QUE JODERSE (I)

Vamos a ver si me explico, o sea, ponerme de acuerdo con ustedes un poquito. ¿Qué sería lo más preciado para una damisela que está a punto de cruzar el umbral de la adolescencia y que por un casual se hubiera criado en el marco de una sociedad puritana? Qué sería aquello por lo que debiera contenerse los impulsos primitivos de atracción sexual a los que todos nos debemos. Qué sería aquello tan preciado que le puede abrir las puertas de la "libertad", y romper los vínculos que la atan irremisiblemente a su familia. Qué tesoro puede guardar una muchacha como personal e intransferible dote, que sería exigida en esa mencionada sociedad (cerrada, primitiva, anacrónica, con fuertes arraigos religiosos...) Premio: la virginidad.
Mientras el virgo siguiera intocable cualquier otra relación quedaría totalmente disculpada, y la amistad como protagonista. Nos saltaremos el toque picaresco, ahora no toca.
Mi entrante reflexión viene para los tiempos modernos del s. XXI y en una sociedad cosmopolita, donde cualquier síntoma de arraigo o tradición con respecto al sexo estuviera mal visto. Donde los matrimonios no son para toda la vida. Y donde las relaciones sexuales han tomado el cariz e importancia que les corresponde; nada más.
Hombres y mujeres, condenados a entendernos, a excitarnos, a amarnos, a sobrellevar juntos esta andadura impuesta. Hombres y mujeres, encadenados al sexo. Ellos babeando por ese coño. Ellas suplicando entendimiento. El hombre piensa en comprender después de pensar en follar. La mujer no ofrece el sexo (¿?) si antes no hay comprensión. Esta doctrina no entiende de razas.
Así nos cuesta a ambos llegar al final del camino sin tropiezos. ¿Quién da el primer paso? Ceder al chantaje en el que el hombre debe ofrecer amistad (normalmente unilateral) esperanzado en que pueda satisfacer sus ganas sexuales con la persona deseada pero con la amenaza de quedarse sin una opción ni la otra de prevalecer su insistencia; no recoge fruto final; fijo.
Cuántas veces hemos deseado a esa muchacha, mujer en ocasiones, y hemos sentido el rechazo debido a esa amistad que antes habíamos creado y fomentado. "¿Es que luego ya no seríamos amigos?"; "¿sólo te puedo ofrecer amistad?" (igual te acaba de conocer, cuánta esplendidez). Idea hipocritilla que aparcan en cualquier playa de verano o en una discoteca de las afueras.
Pienso que el alma es bastante más importante (pues desempeña un papel estelar en la amistad) que ese tesoro que se oculta entre las piernas. Y se debe admitir que al hombre le va a resultar muy difícil (si no, doloroso) dar paso a una amistad que coaccionará los deseos sexuales. Y con la segura certeza que esa barrera la "amiga" se la saltará con otro hombre.
Entregarle el alma a un supuesto, y/o presunto, amigo. Abrirle los secretos de tu interior. Todo eso es bastante más importante, y serio, que echarle un polvo de vez en cuando.
Las cosas en su sitio, por favor, y no mezclar ofrecer compañía con dar amistad.
Y de no ser así, pues: HABRÁ QUE JODERSE.

1 comentario:

MANUELO dijo...

Con este artículo sólo trato de refrendar un sentimiento desalentador que atosiga a muchas personas, hombres por lo que yo conozco, en relación al rechazo que hemos sufrido en varias ocasiones y que se nos ha interpuesto la amistad como un muro contra el amor y el sexo. Por lo demás, muchas veces preferimos mantener esa situación con tal de estar cerca de la amada aunque se sufra en silencio.