lunes, 14 de julio de 2008

LA HORMIGUITA CAPRICHOSA

En una ocasión a un allegado, "el Montoya", le picó, más bien mordisqueó, una hormiga cabezona en un escroto, ahí, en el momento que reparaba, en el campo -el trayecto- junto a las vías del tren, un C.V. de seguridad ferroviaria en pleno proceso de brigada de socorro que lo tenía muy ocupado, y algo agobiado, durante todo el fin de semana, debido a la escasez de personal. Al parecer la hormiguita quiso participar en el evento al declamar aquél su frase en una nueva ocasión: "ya estoy hasta los cojones... ¡Aaayyyy!"
Hija de la gran puta, me comentaba entre risas. Menos mal que no quiso rendirle homenaje a tu apellido... ¡polla!, le repliqué.

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