domingo, 30 de noviembre de 2008

CALCETINES MISTERIOSOS

Ella y los calcetines misteriosos se toparon frente a frente a las doce de la noche. Ella volvía de celebrar la Navidad en la costa Tropical granadina. Detalle que había puesto fin a la relación con su actual pareja.
A sus treinta y cinco años consiguió por fin la independencia económica y personal como para vivir sola en un pequeño inmueble en el barrio del Albaizín, que fue el detonante para la ruptura con su amante, al que sólo soportó en los últimos tiempos a la espera del ascenso en su trabajo, con el que compartía el alquiler todos los meses.

Últimos días juntos, con amigos comunes, cerca del mar, y adiós.

Medianoche cerrada; colgados junto a su armario, y la bolsa que ella había dejado a mano en el perchero, vio los calcetines de hombre.

No son suyos, claro, ni tampoco los reconoce del ya su exnovio. Cuando se instaló sometió a su nueva residencia a la mejor de las limpiezas justo antes de partir hacia el camping. Esos calcetines no debían encontrarse ahí. ¿De dónde han salido?, negros y con el olor de haber sido usados más de dos o tres días. Por Dios, esto qué es. “¿¡Qué hago!?”

¿Quién avisa a la policía de que hay unos calcetines colgados en un perchero de tu casa?, te tomarían, como poco, por gilipollas. Sean o no sean tuyos. Los fantasmas no los usan, igual es de uno que tenía frío y que ya no los necesita, joder, qué locura. De quién serán los dichosos calcetines.

El corazón de la mujer acrecienta su ritmo a pasos agigantados, se teme una arritmia o una taquicardia. El aire le falta por momentos, y por otros le sobra. Un rubor enfermizo le ocupa su rostro, y el sudor le enfría su frente. Las piernas le tiemblan, sus rodillas apenas pueden soportar su cuerpo y la mirada es indecisa.

Menuda entrada de Año, se reprocha.

Decide telefonear a su antiguo compañero de piso, aunque ella no le ha proporcionado copia alguna de la puerta de su casa. Él no tiene la menor idea, le confiesa, y la acusa de no saber ni con quién se acuesta. Ahí acaban sus llamadas de auxilio. No quiere denigrarse. No conoce a los vecinos prácticamente de nada, algún saludo si acaso. ¿Habrá entrado alguien? Qué absurdo entrar exclusivamente para colgar los malditos calcetines. No, eso no puede ser. Ella se teme que va a tener que acompañar su nueva vida con este suceso tenebroso, y sabe que pasarán muchos días sin dormir plácidamente. Recoge los calcetines con pulso tembloroso y los guarda en la bolsa para tirarlos a la basura. Madre mía, por qué este suplicio. Sospecha que el invierno se le va a eternizar.

Y llora.

Mientras, se ex toma cubatas y se repite: "Ahora jódete"

jueves, 27 de noviembre de 2008

LA URBE




Gran mazacote hormiguoneado
Amasijo de brutales vicisitudes
Cobijo artificial
Y todos encadenados
Ciudad, mi ciudad
Cemento, acero y asfalto siempre follando
Villa enganchadora
Humano solitario
De ti siempre cortejado
Naturaleza desterrada
En un futuro incierto
Gentes y más gentes
Y todos esperanzados
Ciudad, mi ciudad
Absorbidos por ella
Nos pasea prendidos de la mano
Que nos atrapa en su fría tela de araña
Que nos arropa con sus túneles laboriosos
Que vivimos protegidos
En su laberíntico plano
Y ahí todos amamos
Ciudad, mi ciudad
En la noche oscura
Siempre la incertidumbre
Y el día blanco
Todos aquellos olores respirados
Ante la urbe vibrante
Odio y amor siempre enfrentados
Ciudad, mi ciudad
Y todos los humanos atrapados.

viernes, 21 de noviembre de 2008

"K" ATARSIS sociológica en clave de LISTO/TONTO/LISTO

LISTO Pronto. Diligente, expeditivo, apercibido. Preparado, dispuesto para hacer una cosa. Sagaz, avisado.
TONTO Mentecato, falto o escaso de entendimiento o razón. Sin orden ni concierto. Mostrar petulancia, vanidad o terquedad. Persona muy necia e incapaz. Sin recursos mentales para solventar situaciones normales.

Los conceptos de arriba son un resumen enciclopédico, excepto la cursiva que es más drástica y personal, para dos términos que, como el frío y el calor, se dan valor el uno al otro.
En el tema de listo/tonto/listo todos intervenimos. Comienzo con el término listo, en el proceso, porque los tontos no existen. Sí que existen los listos que te tratan como tonto. Ya abundaremos en esta cuestión. Antes quisiera exponer que las personas con discapacidad, con merma intelectual, psíquica, física o todo junto no los englobo en el término tonto, ni muchísimo menos.
Voy por otra andadura de más enjundia con respecto al tema a tratar.
¿Por qué digo que los tontos no existen? Yo me refiero a los que denomino tontos a secas, pues los tontos/listos están por todas partes. O, es decir, las personas que sólo se “obligan” para un único interés en sí mismos donde utilizan la parte lista para ello precisamente y la parte, supuestamente, tonta para “escaquearse” de cualquier labor que no les beneficie y que la desarrollen los demás, que para eso son los listos.
Los listos a secas, ¿existen? Sí, y algunos, los menos, acaban la trayectoria en la inteligencia que su propia listeza les ha facilitado si acatan que los demás no son personas a aprovechar sino simplemente seres humanos, ciudadanos con los que hay que convivir. Pero, cuidado, en situaciones de decisiones puntuales pueden dar el salto a listo/tonto, donde los listos a secas se aprovecharán, sin duda. ¿De dónde salen los listos a secas? Pues, reafirmo, que aunque sus madres sean unas santas ellos son unos... en fin, otra cosa; y provienen de aprovecharse, una y otra vez, de las personas nobles, bondadosas, honradas, conscientes de serlo o no, y que esos individuos no tienen ningún reparo en joder, incluso con diplomacia.
Ahora bien, puedes pasar por tonto/a si no dedicas la atención necesaria, voluntariamente o no, a tus defectos, quizá por vagancia y/u orgullo, y no potencias tus virtudes, porque simplemente crees que es una pérdida de tiempo y que los demás no te merecen, ya que sufres por tus mermas, engañosamente, de nacimiento. “Es que yo soy así”. Pues nada, a vivir con resquemor y sin sentido del humor. ¿Es esto tonto?
Co
nvivir para aprovecharse de los demás y tomar los favorcillos que te hacen como si fueran pequeños timos escrupulosamente diseñados por ti, ¿es eso listo?

martes, 18 de noviembre de 2008

EL SENTIR DE MI TIERRA...


Me gustaría pasearte
Por el palacio de mi Alhambra
Y por los jardines de mi Generalife
Para que olieras el olor a jazmín.
Dime que he de quererte.
Dime que he de ver la Alhambra,
Que en la Alhambra he de quererte compañero.
Dime que sí.
Dime que he de verla
Pues tengo el Don de haber nacido
A los pies de ella…


YOLANDA MONTILLA. Granada. 2007.

domingo, 9 de noviembre de 2008

EL PRIMER "FLOJO" DE LA HUMANIDAD

FLOJO: Dicho andaluz que se refiere al ser que es partidario de la ley del mínimo esfuerzo, si no ninguno. Vago.
Imagínense hace muchos miles de años, pizca más o menos, cuando los primeros asentamientos de la nueva especie de humanos comenzaron a proliferar. El nomadismo todavía era la forma primordial de existencia, pero cuando en uno de aquellos primeros poblados sus residentes tenían que mantenerlo operativo necesitarían alguna herramienta de nueva creación que no fuera las lanzas y cuchillos para cazar y vestirse. Como la vida era durísima ningún antepasado nuestro de aquella época sabría, ni querría, escaquearse del trabajo, pues se llevaría un buen porrazo en la cabeza por parte de otro que se hubiera dado cuenta.
Ahora bien, ante la posible amenaza de muerte algún integrante, donde una hembra pudiera tener muchas posibilidades, inventó la rueda, o la descubrió entre la naturaleza, la ensambló en un eje y alivió el trabajo de él y de todos.
Entonces, ¿lo hizo por vaguería o flojera?, o por utilización de la inteligencia.
En plan chistoso, yo digo que aquel individuo que se le hinchaban las venas de la frente de pensar que tenía que arrastar una rama de trescientos kilos casi todos los día de su vida, le vino la inspiración pero de aquella manera, y que fue el primer flojo de la humanidad, y que inventó el mejor remedio que tanto hizo avanzar su sociedad.
Todos los inventores serían unos vagos, pues todo lo que consiguen es para trabajar lo menos posibles. Jején. A mí me gustaría ser un pedazo de flojo, por tanto.

jueves, 6 de noviembre de 2008

LA PUÑETERA CRISIS (II)

EL ESTADO OS VIGILA

LA CRISIS FINANCIERA de 2008

La culpa de la puñetera Crisis Financiera la tiene el egoísmo. Para más señas la codicia desmedida que hace a algunas personas, porque este término nos engloba a todos aunque a cada cuál le cabe su epíteto definitorio, desear otros tres descapotables cuando ya tienen tres o cuatro de última generación aparcados en el garaje de una de sus cinco casas, y siempre pensando en adquirir otras cinco.
Y al amor y a la empatía por los demás que le den mucho por saco.
Cada uno se gasta su dinero en lo que le sale de las narices, faltaría más. Pero puntualizo: su dinero, no el de los demás.
Aquí me refiero al gremio de los banqueros, pues ellos nos han jodido. Mas no hay culpables. Ahora di tú que has reventào un cajero automático y te has pulido todos los billetes que contenía y que, claro, ha sido sin querer, que te has fiado de la palabra de un conocido que ha leído un artículo en el que se animaba a perpetrar la tropelía. Y te largas de allí. Y ahora que venga Papá Estado a reponer la cuantía machacada.
Dijo Adam Smith, el filósofo y economista del XVIII, que la propia ansia de posesión del Ser Humano equilibraría una sociedad de Libre Mercado. Este mismo año se ha demostrado que no. Ya lo venía avisando el último premio Nóbel de Economía, Paul Krugman, el cual sostiene que sin un buen control el “desmadre” está asegurado.
Al fin el Estado los vigilará.
¿Y lo de las hipotecas basura, qué? Por ahí ha venido gran parte del desastre. Antes de matizar diré que ir al banco y salir con la concesión de dinero para comprar un piso (y con más de cuatrocientas letras por pagar) era muy satisfactorio para el ciudadano medio. Me pregunto: si estuviera la gente viviendo de alquiler, ¿hubiera sobrevenido esta crisis? Hemos dejado al sistema financiero sin liquidez para prestar a las empresas que nos dan el trabajo. Y digo, si hay que pagar al mes una cantidad casi de por vida por vivir en un inmueble, mas o menos, tanto da que sea de alquiler o en propiedad. Si al final nos vamos a tener que ir a una residencia de la Tercera Edad a seguir pagando. SUERTE.