lunes, 5 de enero de 2009

LA IZQUIERDA HISTÓRICA Y LA CRISIS...

COMUNISMO. Sistema de organización social en el que existe comunidad de bienes y desaparece la propiedad privada. "El comunismo libertario lleva al Anarquismo". Y mire usted por dónde, ha sido el anarquismo financiero lo que nos ha traído esta crisis.

SOCIALISMO. Conjunto de doctrinas que, en oposición al Capitalismo, preconizan la colectivización de los medios de producción como medida destinada a la supresión de las diferencias entre las clases sociales, y necesario para una organización racional de la sociedad.

CAPITALISMO. Sistema económico basado en la propiedad privada de los medios de producción, que constituyen el capital. Normalmente está asociado a la libertad de mercado y a la libre iniciativa de las empresas en la determinación de sus productos y la fijación de los precios de éstos. Si interviene el Estado en la libertad de mercado hablamos de capitalismo de Estado. Y a la fecha y según los acontecimientos los Estados tendrán que intervenir en un altísimo porcentaje para que los tiburones financieros codiciosos no nos jodan más de lo que lo han hecho hasta el momento.

ALGO DE HISTORIA. Todas las doctrinas reflejadas anteriormente basan sus conceptos principales en definir las dos clases sociales imperantes en la sociedad moderna: propietarios y no propietarios de los medios de producción; es decir, empresarios y trabajadores. Aunque en una sociedad tan enorme y compleja como la nuestra hay pequeñas zonas poco definidas: autónomos. En el Capitalismo el trabajador es tratado como un producto más al que poner precio para que sea adquirido por los empresarios, con lo que el dinero, por lo general, pasa a ser el protagonista absoluto en cualquier transacción. El Comunismo, entendido como sistema social que pretende la comunidad de bienes, nació en Grecia, s. –IV, con Antistenes y Diógenes y se desarrolló con Platón, La República. Las ideas sobre los bienes terrenales sostenidas por las primeras comunidades cristianas eran parecidas a las comunistas. Volvió a coger fuerza en el Renacimiento con aportaciones filosóficas de tipo comunista: Tomás Moro, Utopía. En el s. XVIII se unió la idea comunista a la idea revolucionaria que exigía la propiedad común de todos los bienes. El pensamiento comunista se enriqueció, al inicio del s. XIX, y diversificó con las aportaciones de los llamados nuevos socialistas utópicos: Robert Owen; y los anarquistas, si exceptuamos aquellos que atentaban con terror al poder.
A mediados del s. XIX ocurrió que la Liga de los comunistas europeos encargó un manifiesto a Karl Marx y Friedrich Engels:


EL MANIFIESTO DEL PARTIDO COMUNISTA (1848), un libro de culto entre la juventud durante más de cien años y de apenas cincuenta páginas. Hoy día está fuera de lugar, Marx ha sido relegado.
En su origen fue un encargo para la redacción de los principios del Comunismo. Primero fue publicado en Inglaterra y después traducido y difundido a todos los idiomas importantes europeos, excepto el español. “Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo”, así comienza el manifiesto y continúa con una exposición de su teoría histórica. De acuerdo con los autores, la historia es una continua lucha de clases que se caracteriza siempre por la relación entre opresor y oprimido, burguesía y proletariado (transcurría la mitad del s. XIX). En los últimos siglos la burguesía ha logrado liberarse de la nobleza feudal, aunque con el constante avance del Capitalismo, desde el s. XVI hasta la Revolución Industrial, ha cavado su propia tumba: “Pero la burguesía no sólo ha forjado las armas que habrán de darle muerte, también ha producido a los hombres que empuñarán esas armas: los obreros modernos, los proletarios”
El Capitalismo empuja a los hombres a la penuria económica y, aún peor, a una existencia que poco tiene que ver con la naturaleza humana. El trabajador se convierte en un “apéndice de la máquina” y, a cambio, no obtiene el valor de su trabajo, sino un salario que apenas asegura el mínimo necesario para la supervivencia. Cuanto menos sea demandada su habilidad y destreza y más se convierta el obrero en un mero instrumento de producción, más se “aliena” (jornadas de muchas horas diarias para fabricar un producto que jamás te beneficiarás) con su trabajo, transformándose en una simple máquina que vive una existencia inhumana, en el sentido más literal del término. Esta “alienación humana” resulta, a la larga, tan insoportable, que impulsa al proletario a liberarse y, como es la única clase capaz de fundar una nueva sociedad, cumpliría un papel histórico. La burguesía también está enajenada pero no lo percibe porque lleva una vida cómoda, pero le podría suceder con el proletariado como le sucedió a la nobleza feudal con ellos, cuando implantaron el germen del capitalismo.
Los objetivos del Manifiesto del Partido Comunista:
1. Derrocamiento de la burguesía y conquista del poder por el proletariado;
2. Abolición de la propiedad privada;
3. Supresión de las libertades burguesas;
4. Supresión de la familia como institución educativa;
5. Abolición de la nación;
6. Supresión de la religión y de la moral;
7. ABOLICIÓN DE LAS CLASES SOCIALES.
“¡Proletarios de todos los países, uníos!”
Esa es la exhortación con la que finaliza el manifiesto.
Hoy día está obsoleto aseguran algunos, pero… ¿Quiénes?

Estamos a principios del s. XXI y parece ser que la lucha entre opresor y oprimido ha sufrido cambios para mejor desde el principio de los tiempos, en esta interminable batalla. Ahora bien, ponerse en el lugar del oprimido, si lo permite nuestra personalidad, y entonces nada ha cambiado.

A VUELTAS CON LA CRISIS FINANCIERA.
La maldita Crisis ha estallado en el centro de la sociedad moderna, en un epicentro demoníaco social que ha dado la vuelta al planeta. Por cierto, cuándo vamos a ser conscientes de que aquí viviremos unos 80 años, los que tengan suerte, nada más, y después moriremos. Habrá que intimidar a los poderosos, sean del sufragio o no, que si esa andadura nos la perjudican están cometiendo crímenes contra la Humanidad. ¡Joder!, ya de una puñetera vez, que los metan en la cárcel durante treinta o cuarenta años a los cabrones que desde su banco de oro miran hacia abajo a los trabajadores como si nos hicieran el favor del siglo; y encima han jodido el curro, con sus putas finanzas.
Últimamente escucho la misma frase una y otra vez: “ya verás, dentro de ocho o diez meses cuando se acabe el subsidio a los varios millones de parados que lo están cobrando, no vamos a poder ni salir a la calle, y los extranjeros que no tengan ni para comer nos la van a jugar”.
Qué triste y qué pena.
Por supuesto; la gente está acojonada y recela primero del extraño.
Pero fíjate tú; los que se han enriquecido a costa de dejar hipotecada a media ciudadanía y sin trabajo, para colmo, se han largado a los paraísos fiscales a follarse los unos con los otros y reírse de todos los demás.
La historia siempre se repite y aquí va a acabar pasando algo gordo.
Exijamos un sistema adecuado sin radicalismos y sin excesos, ¡coño!

Deseándote suerte, querido lector, me despido, y te recuerdo que el Comunismo es la doctrina teórico/social más antigua de la Humanidad. Un respeto, por tanto, de las nuevas, aquéllas como el Capitalismo.
Aunque, cómo siempre, las ideas son llevadas a la práctica por las personas; y, amigo, ahí es dónde falla siempre todo el asunto.
HASTA OTRA.

1 comentario:

MANUELO dijo...

Y QUE FELIZ AÑO NUEVO A TODOS...