Cuando yo ya no esté junto a ti, compañera;
de ello enmudecido mi semblante se entristezca
que nuestro fuerte idilio más ya no crezca
con mi marchito aliento bien henchido de pena.
Tal perdición que todo humano inmerezca
y de ningún sufrimiento externo quisiera
en desgraciado momento que feneciera
poder decirle a mi alma: "¡hasta siempre nena!"
Recuérdame amiga siempre con gran agrado
pues conmigo me llevaré una parte de tu ente
y todos mis sueños aquí abandonaré a tu lado.
No hay persona triste y amarga y decente;
cosas que diría, al verme de ti ya separado.
De un ser menudo, que te vive… alegremente.
domingo, 10 de mayo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Nuestra mejor amiga: nuestra alma. Me ha quedado un poco profundo lo sé, son profundidades de andar por casa. SUERTE.
Publicar un comentario