viernes, 19 de junio de 2009

EL BAUTIZO DEL "GÜEVOS"

Él deambulaba por su pueblo natal buscando la oportunidad de tomarse un vinillo que no estuviera fresquito. Él era conocido por su temperamento, por ser un tanto borrachín, y por sus dichos peculiares que eran una mezcla de refranes solapados por semántica y lingüística tan personal como graciosa (que será detenidamente reflejada en más de una ocasión venidera).
Pues bien, el médico vecino del personaje le reclama atención diciéndole: "parece que andas un poco con las piernas separadas", sin poder precisar con qué intención. Él replica:
- Es que tengo los güevos muy gordos.
- Pero, con "h" o con "g". - Insiste el médico.
- Con "g" y con diéresis, tonto la polla.
A partir de ese momento pasó a llamarme el "güevos" para casi todos.

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