viernes, 4 de diciembre de 2009

un SMS caprichoso

Paco se encuentra de viaje de vuelta hacia Madrid; procedente de Granada, donde arribó por motivos laborales. Retorna extremadamente preocupado, algo insólito le ha ocurrido. Recibió un extraño SMS cuando paseaba por la calle Camino de Ronda, magníficamente adornada con motivos navideños. Él es madrileño de nacimiento pero con un fuerte arraigo sobre la capital andaluza donde pasó años de joven y allí conoció a su primera novia. Ambos se desvirgaron recién acabada su adolescencia. Ella siguió residiendo en Granada y él retornó a la capital de España, una vez concluidas sus respectivas carreras...
Ahora está felizmente casado y es padre de dos chavalitos.
Volver allí para pasar un par de días de duro trabajo bien podrían convertirse en cuatro o cinco sin levantar sospecha alguna. Debe revisar la maquinaría para alquilar al ayuntamiento cuyos funcionarios la utilizarán para realizar las obras del futuro metropolitano que atravesará la ciudad.
Contactó con su antigua novia, Inmaculada, por casualidad, ya que ella llamó a un programa de televisión en el que intervenía para criticar las constantes obras que maltratan las ciudades. Telefoneó al programa y dejó su número de móvil para que se pusiera en contacto con ella, si lo deseaba.
Lo deseó, vaya si lo deseó.
El paseo que comparten los dos les reporta sensaciones extrañas pero muy reconfortantes. Los transporta veinte años atrás donde el aire de mocedad y pasión los llevó a hacer el amor en los parques más de una vez. Inma está también dichosamente casada. Se olvidaron por la distancia, sólo.
La tensión sexual crece entre ellos, entre escaparate y escaparate. En algún momento se han cogido de sus manos y liberan una sonrisa cómplice.
Observar Sierra Nevada pletórica de blancura les va incitando a abrazarse.
Entonces suena el teléfono de Paco. Es Lolo, un amigo algo cercano que se acaba de echar, que necesita charlar con él sobre cierta partida de Mus (naipes) que se está gestando. Atiende la llamada bajo la tentadora mirada de la mujer. Los chicos intercambian frases cordiales sobre Granada y Madrid, ya que Lolo también la conoce sobradamente y visitó La Alhambra en alguna ocasión. Le dice que no te emociones mucho, tronko, que tendrás que volver. El amigo piensa que está allí solo. Le agradece la escucha y lo conmina a retomar el tema varios días después. Adiós, chaval, y que disfrutes. La reiniciada pareja sigue deambulando por las frías calles.
Y ocurrió. Lolo dispone de dos teléfonos, uno personal y otro de empresa. Este último está “capao”, es decir solamente sirve para emitir llamadas laborales y mensajes SMS generales. La llamada anterior es reconocida por Paco ya que ha sido de particular a particular y la tenía memorizada. Lolo decide ahorrarse el dinero del mensaje a enviar y agarra el móvil de empresa para escribir: “De Madrid al Cielo pero pasando por Granada para pensárselo bien”. Paco recibe el SMS y no reconoce al titular.
¡Madre mía!, y ahora… ¿¡quién será!?, ya me han pillado con Inma. Verás cuando se entere mi mujer. ¡El divorcio!
No se atreve a contestar el mensaje, no vaya a ser…
Ella le expresa que se ha puesto coloráo como un tomate y que le tiembla el pulso y cuando lee la frase también se “acojona”.
El romanticismo se ha marchado tan lejos como sus juventudes.
Durante el viaje de vuelta él repasa su vida al completo. No sabe qué cara poner cuando vea a su mujer. Lleva muchas horas sin dormir.
Al fin, Lolo reacciona, sospechando que al no recibir contestación es que Paco no reconoció su número, y le envía un nuevo SMS, aclarándole la cuestión del doble teléfono móvil con el que se maneja, 48 horas después.
Paco respira profundamente mientras se caga en todos los muertos de su reciente amigo; al leer el caprichoso mensaje, ya muy aliviado.

1 comentario:

MANUELO dijo...

Este relato participa en el VIII CONCURSO DE RELATOS Y CUENTOS DE INVIERNO DE "EL IDEAL" DE GRANADA (a partir del 8 de diciembre de 2009).
Si gano el viaje a Canarias se lo pienso regalar a un colega que ha sido el inspirador de esta historia, para que se vaya con su mujer y vuelva a enamorarla.
-yo ya he estado en Canarias dos veces-.