martes, 26 de enero de 2010

EL "RUBIO" VA AL CINE

El Rubio se dirige al cine con su hija Blanca, a la que ya le queda muy poco tiempo para explorar la adolescencia, para ver ambos una película de moda: AVATAR, de James Cameron, en los cines Kinépolis de Granada. Como es costumbre del tipo; va con la hora pegada al culo y con más miedo que un chiquillo perdido por si le suena su móvil, con requerimiento inmediato para ir a trabajar en el servicio de emergencias que le complementa la nómina mensual. El padre y la niña consiguen las entradas para la tan ansiada película y acceden al vestíbulo. La hija le reclama palomitas y algún refresco justo cuando inicia la pantalla el bombardeo de anuncios predecesores de la emisión del film. Consiguen entrar en la sala de proyección. La chiquilla está más que concentrada en ingerir palomitas, chuches y coca-cola.
Pasa un buen ratillo y la película no empieza aún. El Rubio cree que está visionando los tráileres de las películas por estrenar. “Pues no veas si duran últimamente, llevamos un cuarto de hora de trailer de la misma película”, masculla en voz alta y en dirección a su hija.
Ella reacciona, al fin, y escudriña el ambiente.
- ¡Papá!, pero si esta no es nuestra sala. ¡, ya nos hemos perdido el principio!
Salen corriendo para buscar la sala que les corresponde y para perderse uno de los principios más explicativos que puede ofrecer un guión cinematográfico y que puede hacer la película algo menos aburrida.
Es una rubiada más que él recuerda y suma a la que le sucedió semanas antes cuando se quedó encerrado en la parte trasera de una furgoneta de mudanzas con el seguro echado y sin teléfono, con un calor insoportable, hasta que su mujer se dio cuenta y bajó a rescatarlo.
Por cierto, AVATAR no es para tanto me comentó, y coincide conmigo.

viernes, 22 de enero de 2010

UN NEGRO DE LIGUE

Un ciudadano borracho de color negro observa a dos mujeres.
Al parecer, ellas, esperan algún medio de transporte.
El negro les pregunta: ¿cómo os llamáis?, pensando que las dos hembras tendrán en cuenta el tamaño, la leyenda, de su miembro, el de él, el de su polla.
Yo me llamo Blanca, responde una, y la otra replica que se llama Nieves.
El negro, viéndose vacilado, dice que él es el príncipe besuquón que les cómera el coño, si se dejan, a las dos BlancaNieves.