James Redfiel
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Estamos
volviendo a descubrir que vivimos en un mundo profundamente misterioso, lleno
de coincidencias repetitivas y encuentros sincronizados que parecen estar predestinados.
2
Cuantos más
despertemos a este misterio crearemos un concepto del mundo completamente nuevo
– redefiniendo el universo como energético y sagrado.
3
Descubriremos
que todo a nuestro alrededor, toda la materia, está formada y se origina de una
energía divina que estamos empezando a ver y a comprender.
4
Desde esta
perspectiva podemos ver que los humanos siempre se han sentido inseguros y
desconectados de esta fuente sagrada y han intentado nutrirse de energía
dominándose unos a otros.
5
La única
solución es cultivar una reconexión personal con lo divino, una transformación
mística que nos llene de energía y amor infinitos, que amplíe nuestra
percepción de la belleza y nos eleve a una conciencia de nuestro yo superior.
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En esta
conciencia podemos liberarnos de nuestro propio hábito para controlar y
descubrir una verdad específica, una misión, que hemos venido a compartir para
que ayude a la Humanidad a evolucionar hacia este nivel nuevo de realidad.
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En la
consecución de esta misión, podemos descubrir una intuición interior que nos
muestre hacia donde ir y qué hacer, y si sólo hacemos interpretaciones
positivas derivaría en un fluir de coincidencias que abrirá las puertas para
que se revele nuestra misión.
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Cuando un
número suficiente de nosotros entre en este flujo evolutivo, siempre dando
energía al yo superior de todos con quienes nos encontramos, crearemos una
cultura nueva en la que nuestro cuerpo evolucionará hacia niveles de energía y
percepción aún más elevados.
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De este modo,
participamos del largo viaje de la evolución desde el Big Bang hasta el
propósito final de la vida: energetizar nuestros cuerpos generación tras
generación hasta que entremos en un cielo que todos podamos ver por fin…