domingo, 1 de julio de 2018

EL ÚLTIMO TRAGO

   Una mujer contempla su rostro. El espejo le devuelve cincuenta años, el rímel descarriado y la melena rogando ternura. Esta vez, ya son diez horas sin recuerdo alguno. Al girar la cabeza y fijar la vista confirma el “degomitao” usurpando la taza del váter.
Quiere realzar sus tetas, caídas y estriadas, con la mirada.
Pero, no puede. 
Ay, aquellos hijos, no natos, le susurran palabras guturales:
no bebas más, nos lo has prometido… 
       Ella solloza.
   Luego, sale de la ducha temblorosa.
Ya dispuesta para partir hacia algún bar. 
Y, esta noche, volverá a echar su último trago.