lunes, 21 de julio de 2008

CUANDO AQUELLO DESPIERTA


Cuando aquello despierta
a la irremisible llamada de lo escondido
que durante todo un largo tiempo
se ha cobijado entre fragores más próximos
y más presentidos éstos
que inundan a su arrollador paso
el total de nuestras emociones más brumosas
tiéndele un abrazo.
Cuando aquello despierta
y lo refugiado en esos lances pide paso
(¡oh, escondite sorpresa!)
si le damos el esquivo trato
(dónde hay miedo no hay salida)
avalado por el misterio con que se presenta
(la chispa es fugaz y además tiende a apagarse)
entonces ese resplandor inesperado,
inquieto, trastornador, sublime, acaparador
rápido tenderá a morir.
Cuando aquello despierte
tiende, tiéndele un abrazo acogedor
en un acto de espabile
aférrate, agárrate, esmérate
que con ello tenderás un lazo entrañable,
una oportunidad ante la desazón,
un abanico que se abre,
la ilusión de un nuevo día que crece,
un despertar de tu propio arte
y, en fin, un regalo de la vida.
Ponle un nombre a aquello
(amor, arte, amistad, creatividad... respirar)
y lo demás vendrá volando.

No hay comentarios: