lunes, 2 de mayo de 2022

LA LUZ DE LA VERDAD

Un momento y un pensamiento en una calle de madrugada, como cualquier otra calle de alguna otra ciudad y como cualquier momento de cualquier otra vida.
Y el pensamiento se distrae hacia los focos, los de la luz.
Aquí las hay de dos clases o estados. Natural y artificial. De mentira o de verdad. Las que perduraran y las que sucumbirán.

Se distinguen siete. Este número sólo es circunstancial. Lo verdaderamente interesante es: ¿Quién es quién?
La verdadera está integrada con las de mentira. Aunque aquí, con un poco de atención, se aclara enseguida. Pero, y si no fuera así...
La verdadera es innata al Ser Humano. Procede del Universo y, en menor medida, de la naturaleza. La artificial, aunque necesaria, es la que hemos creado para nuestra necesidad vital.
Pensemos que la luz natural fuese la verdad y la artificial la mentira. Es bastante sencillo, una vez decidido qué es la verdad. Cada uno tenemos la nuestra. Con lo que vinculamos la verdad (la luz natural) a lo que entendemos por posesión transferida a opinión.
Pero, al igual que en la foto, la luz que nos interesa descubrir aparece en otra tonalidad, cuyo interés en hallarla la hará relucir y revelar. Las luces artificiales, las mentiras, siempre son más y se unen formando clanes con lo que pueden anular la natural, las verdades. Después, las artificiales intentarán distraer y, más adelante, harán prevalecer su mayoría. Eso, ante el ojo inexperto y despistado.
Sucede exactamente lo mismo con verdades y mentiras. 
Empero, éstas últimas, y eso siempre se les olvida, acabaran fundiéndose.