viernes, 25 de diciembre de 2020

LAS SATURNALES, ya es NAVIDAD.

Las Saturnalias, por Saturno, son el precedente más afianzado de nuestra Navidad. Fiesta pagana romana que permitía abusar de la comida, la bebida y el sexo. Comprendían el periodo del 17 al 23 de diciembre y celebraban el final de la oscuridad. Eran una especie de carnavales en los que los amos servían a los esclavos y todos se regalaban obsequios para finalizar el final de las labores de siembra y del campo en general. Según el mito Saturno, al ser expulsado por Zeus, acabó en el Lazio y gobernó "La Edad de Oro". Periodo de estabilidad que dio lugar, al convivir los dioses y los humanos, a la celebración anual....

En estos tiempos, por culpa del COVID-19, las fiestas navideñas apenas tienen celebración pública y mínima en lo particular y familiar. Pero esta anécdota histórica nos confirma que La Navidad, pagana o no, es muy antigua y que la Humanidad va a tener otras oportunidades de celebración que ésta presente del 2020. Habrá más y más y muchas más...

SALUD y SUERTE. 

Hoy en día se acepta de forma general que la navidad tuvo origen hace 2017 años y que se celebra para conmemorar el supuesto nacimiento, la noche entre el 24 y el 25 de diciembre, de un hombre, llamado Jesús de Nazaret, que para el Cristianismo era hijo de Dios y el mismo Dios a un tiempo. Esto no es cierto claro, y la realidad es mucho más compleja e interesante y os invitamos a descubrirla...

El Solsticio de Invierno, el Sol renace. Todo este lío de la navidad de repartir amor y comprar y comer como si no hubiera un mañana,  parte del  fenómeno astronómico del solsticio, del latín sol (‘Sol’) y sístere (‘permanecer quieto’), de invierno, importantísimo para todas  las culturas agrícolas y que  corresponde al instante en que la posición del Sol en el cielo se encuentra a la mayor distancia angular negativa del ecuador celeste y que, dependiendo de la correspondencia con el calendario, tiene lugar entre el 20 y el 23 de diciembre. La noche del 24 de diciembre al 25 de diciembre en el hemisferio norte, fue considerado como el solsticio de invierno desde la creación del calendario juliano, introducido por Julio César en el año 46 a.C.

En este periodo las noches dejan de acortarse y los días comienzan a ser cada vez un poco más largos. El Rey Sol ha renacido. El significado o interpretación de este evento astronómico ha variado en las distintas culturas del mundo, pero la mayoría de ellas lo reconoce como un período de renovación y renacimiento, que conlleva festivales, ferias, reuniones, rituales u otras celebraciones. ¿Por qué ocurría esto?

El solsticio de invierno resultaba  inmensamente importante porque las comunidades humanas basadas en la agricultura iban a ser privadas de muchas cosas durante el invierno para el que se habían preparado durante los nueves meses anteriores. El hambre era común en invierno, entre enero y abril, también conocida como «meses de la hambruna».

En los climas templados como el nuestro, el festival de pleno invierno fue la última fiesta de celebración, antes del comienzo del invierno. La mayoría de los animales eran sacrificados para no tener que alimentarlos durante el invierno, por lo que prácticamente era el único momento del año para el suministro de carne fresca disponible. La mayoría de vino y cerveza durante la cosecha anual estaba finalmente fermentada y lista para beber en este momento. ¡La fiesta estaba servida! Las Saturnales, navidad y carnaval a un tiempo.

Las Saturnales (en latín Saturnalia) son unas importantes  fiestas romanas en honor Saturno, dios de la agricultura para los romanos, y una figura que en la Roma primitiva era tan importante como Júpiter. Como vimos anteriormente la raíz de la festividad es el Sosticio y el calendario agrícola, por lo que las primeras se celebraban del 17 al 23 de diciembre, a la luz de velas y antorchas, por el fin del período más oscuro del año y el nacimiento del nuevo período de luz, o nacimiento del Sol Invictus, 25 de diciembre, coincidiendo con la entrada del Sol en el signo de Capricornio (solsticio de invierno). Probablemente las Saturnales fueran las fiestas de la finalización de los trabajos del campo, celebrada tras la conclusión de la siembra de invierno, cuando el ritmo de las estaciones dejaba a toda la familia campesina, incluidos los esclavos domésticos, tiempo para descansar del esfuerzo cotidiano.

Finalmente, los romanos “oficializaron” las Saturnalias alrededor del 217 a. C. para elevar la moral de los ciudadanos después de una derrota militar sufrida ante los cartagineses en el lago Trasimeno. ​  Y oficialmente se celebraba el día de la consagración del templo de Saturno en el Foro romano, el 17 de diciembre,  al pie de la colina del Capitolio, la zona más sagrada de Roma, mediante sacrificios rituales, seguido de un banquete público al que estaba invitado todo el mundo (lectisternium)  al grito multitudinario de «¡¡Io, Saturnalia!!».

Como decíamos, la fiesta comenzaba con un sacrificio en el Templo de Saturno, en el Foro Romano, y un banquete público, seguido por el intercambio de regalos, continuos festejos, y un ambiente de carnaval en el que se producía una relajación de las normas sociales. El poeta Catulo la llamó “el mejor de los días.”

Aunque oficialmente la fiesta era el 17, la tradición (y las proverbiales ganas de cachondeo del romano medio) seguía marcando la duración de los festejos del 17 al 23 de diciembre. Cesar incluso las aumento dos días más, Calígula (gran fiestero) lo aumento otro al que llamo día de la juventud  y Domiciano lo estableció finalmente en un ciclo de siete días constituyendo desde entonces hasta su prohibición con la llegada del cristianismo en una de las feriae más importantes de Roma.

Eran Navidad y Carnaval a un mismo tiempo, siete días de bulliciosas diversiones, banquetes e intercambio de regalos. Los romanos asociaban a Saturno, dios agrícola protector de sembrados y garante de cosechas con el dios prehelénico Crono, que estuvo en activo durante la mítica edad de oro de la tierra, cuando los hombres vivían felices, sin separaciones sociales. Durante las Saturnales, los esclavos eran frecuentemente liberados de sus obligaciones y sus papeles, en algunos casos, cambiados con los de sus dueños.

domingo, 13 de diciembre de 2020

EN LO PROFUNDO

Te alejas cuando me acerco. Cuando te acercas me alejo. ¿Quién fue primero? Ya no importa nada. El Universo, por no dañar a los verdaderos culpables, nos impide estar juntos. Ahora el agujero de la incertidumbre te ha atrapado, ¿o, acaso, ha sido a mi?

Me atrapa y me absorbe. Tira de mí como aquel recuerdo de tu primera sonrisa. Conforme me adentro la sonrisa se torna en tajo y tus labios son protuberancias carnosas con dientes grises, ¿y los míos, cómo los verías?

Me adentro y todo se vuelve oscuro cuando pienso en ti. El Dueño del universo me lo confirma. Ya jamás podremos estar juntos. Y espero encontrar la salida allí en lo profundo.

martes, 1 de diciembre de 2020

SIN TREGUA HASTA EL AMANECER

Eran las tres de la madrugada. Sus amigos de juerga seguirían un rato más disfrutando de una noche veraniega. Conduce su moto de gran cilindrada con la visera del casco subida y a velocidad plácida, así descansarán sus reflejos, algo castigados, y lo hace por una carretera secundaria. Distingue el esfuerzo de unas luces de avería en la lejanía y conforme se acerca comprueba que es un vehículo mal aparcado sobre el arcén. Oh, si fuera una conductora solitaria con una rueda pinchada y sin idea alguna de cómo solucionar nada, que trabajase de modelo, que se encontrara muy asustada, y llevara sin hacer el amor varios meses, cansada de sus colegas de turno, siempre rodeada de fotógrafos; sí, más buena que el arroz con leche en tiempos de guerra. Y que ella, enormemente agradecida, al contemplarlo cambiar la rueda de repuesto, una vez que él le haya dejado su teléfono móvil para que recibiera la confianza necesaria y se relajase, se pusiera muy cachonda al comprobar que el resultado ha sido ciudadano, rápido y delicado, y ante el olor que él la impregna se derrote y se meta en el coche, con un cosquilleo por todo el cuerpo y con su clítoris llamando a la rebeldía. Ahsi después se sentara en el asiento delantero, que apenas cruzasen palabra que no fuere circunstancial, lo invitase a entrar y sólo hablaran con su mirada, antes, durante y después de hacer el amor; follando, hasta el amanecer.