viernes, 2 de octubre de 2020

CAÍDA EN PICADO

Sobre las oscuras nubes desalentadoras de la fe, sobre colinas febriles sin carga de esperanza, sobre la mar brava enloquecida... cabalga el pájaro acerado con cola de lagarto a través de espesas cortinas de seda roja que rompen los huesos de las palomas amarillas... recojo un cigarro que me da la azafata... y me la jodería allí mismo introduciéndole la polla hasta que de su aliento floreciera una planta acuática marrón que volara en caída vertical hasta el mar muerto... el pájaro se transforma en una figura simétrica de papel abadíe que me hace toser y toser hasta que mis ojos se trasladan a la dimensión paralela donde habitan sodomitas malolientes que tratan de cogerme y voy y le pido ayuda a la azafata que no sólo no me la presta, sino que me arrebata el vaso de agua y se lo brinda al pasajero que tiene al lado... de mi garganta sale un gusano horribilis que se fuma el único cigarro que me queda... ¡agggg, cabrón de mierda!... ahora una erección me indica que el avión baja a una velocidad de vértigo y de uno de los motores salen llamas riéndose de mi pasado, de mi vestimenta y de mi manera de hablar. No tengo más remedio que cagarme en sus muertos... pero ¡no!... y vuelve a ser angustiosa mi pretensión de gritarle a los demás pasajeros el peligro, pero no puedo, no puedo, el maldito gusano me ha jodido las cuerdas vocales y las gentes se burlan de mí. Dios, ¿por qué no puedo correr y huir de todo esto? Ya lo sé, he atravesado la dimensión concuspicia y los sodomitas vienen directos a mí, quieren violarme los muy hijos de puta, quieren transportarme a la planta susceptible donde me diseccionarán... huyo directo a la salida de emergencia, a la par que las alas se inclinan hasta el límite de la perpendicular y se transforman en mierda pura... esa suerte de parámetros escatológicos van a ser mi ruina y la de los demás... ¡no!, la de ellos no, ellos ríen, ellos comen y miran el vídeo y la puta película de siempre, sólo que con distintos actores, y una amalgama increíble de mandos a distancia los cubre... ¡YO QUIERO UNO!, grito con todas las energías mientras veo el gotear de las alas y no recibo ninguno, ¡¿por qué?!... de nuevo he lanzado un grito espeluznante directo a todos los bichos que integran esta cárcel a la que llamo cuerpo... ahora el avión cae en picado directo al mar sanguinolento... el avión deformándome la faz con la inercia... el avión cae y cae y cae y cae... y yo también...



Y me despierto con un hercúleo golpe en toda mi frente.