miércoles, 27 de mayo de 2009

"k"atarsis sociológica en clave de MÁS VALE SOLO QUE MAL ACOMPAÑADO

Más vale solo que mal acompañado. Éste es un refrán español o lo que es lo mismo un aforismo a lo basto. La aplicación más usual sería la de una réplica a un mal gesto/desprecio/feo que nos han regalado; o lo queremos regalar nosotros, directamente. Vamos a pretender aclarar su significado. Vaya por delante que mi persona es solitaria, sin haberlo pretendido del todo; acrecentada en los dos o tres últimos años, donde voy decidiendo cada vez con más ahínco que este refrán es cojonudo. También expreso inmediatamente que no es mi situación ideal, he sido muy feliz bien acompañado, pero sí que la considero de lo mejor cuando la agarró bien empleada. Con esto sólo digo que mi opinión no es todo lo objetiva deseable. Como todos, soy un individuo y estoy sujeto a mi opinión y vivencias, esto es, al subjetivismo. Y si necesito compañía la hallo.
Cuando recibimos algún ultraje quizá no estemos atentos del todo a ese hecho y pase desapercibido, para el que lo recibe, con lo que nos lleva a intentar estar junto a la persona deseada y recibir una nueva humillación. Esto sucede a menudo en la adolescencia y, sobre todo, con los temas amorosos y de amistad intensa. A esa edad, lo normal no es reconocer las señales y, una y otra vez, podemos insistir en mantener la relación que tanto deseamos. Casi nunca se valora que el/la de enfrente no desea nuestra compañía o nuestro amor. Al insistir, desdeñando el perjuicio, lo único que conseguiremos es incrementar la autoestima del otro y debilitar la nuestra. ¿Merece la pena?, o quizá estar solo/a nos proteja la autoestima, y el/la contrario/a que se busque la vida para incrementar la suya, ¿no?
Ya alejada la adolescencia y cada vez más cerca de la Gran Madurez (paso previo a la Tercera Edad) deberíamos haber comprendido lo expuesto con anterioridad, para beneficiarnos del refrán si así lo deseamos.
Desde luego es una gran tragedia que no seamos correspondidos en los amores, pero lo es peor que volvamos a maltratar nuestro ego. Si no nos quieren (de verdad, que captes que es así) aunque nosotros sí, sea como fuere, lo que conviene es alejarse y no recibir más desprecios. Ya morirá ese amor, o impulso, por alguno de los distintos cauces que ello necesita.
Al fin y al cabo, el mejor amigo de uno es uno mismo y ahí no se puede aplicar el refrán protagonista de este mensaje. Pero, sí que se lo podemos acoplar a los demás, de ser necesario. ¿Pero cómo?
Sencillo, haciendo todas aquellas cosas que harías con las personas que deseares (recordemos, nos han despreciado) tú solo/a sin ningún tipo de vergüenza; o sea: te vas al cine, a los restaurantes, a tomar cervecitas, viajes, compras, etc. Comprobad que en la soledad casi nadie se exhibe.
No ves a una mujer sola en el cine en la puñetera vida. ¿Por qué?
Quizá te lleves una sorpresa, amigo/a lector/a, con la facilidad que se encuentran nuevos caminos entre extraños (que enseguida dejan de serlo) con un poquito de actitud sociable, ya que si un desconocido/a te jode no es lo mismo a que lo haga un allegado/a. El riesgo de sufrir es mucho menor y no llegará nunca a importante demasiado.
Otra cosa es que los demás te consideren un riesgo para su existencia, con motivos o sin ellos, y el refrán te lo apliquen a ti. Mala suerte pues y más tesón necesitaríamos, ahí, para no hinchar esa situación.
Con la edad algunas cosas van dando bastante igual y seguramente que este escrito pueda considerarse una rayada personal, ofrecida gratis. Yo aplico todo esto cada vez que me acuerdo y, la verdad, no sé si mi autoestima mejora al ir por la vida en plan solitario pero lo que sí he detectado es que cuando lo hago no desmejora. A mí mismo siempre me doy la razón y me encanta mi compañía. Cuando eso no es así siempre encuentro alguien al que calentarle la oreja un poquito y me ahorro el psicoanalista, y no les doy oportunidad a los despreciadores de que me la vuelvan a jugar; aunque ellos crean que llevan toda la razón, de modo que cada cual a lo suyo. Repito, no es mi situación ideal, aunque sí de las mejores. Pruébalo, de vez en cuando, y me comentas, colego; digo, colega.

3 comentarios:

MANUELO dijo...

Confío en que esto sirva de algo...

Paqui N. dijo...

Hola Manuel, soy Paqui de Bailén, y si llevas mucha parte de razón en este refran, pero no toda. Lo que mas me ha gustado es lo de que con el paso de los años ya no le damos la misma importancia a las cosas, solo a las que la tienen. Mas vale sola que mal acompañada, es verdad. Saludos.

MANUELO dijo...

Hola Paqui, gracias por tu comentario. Tú también llevas razón en parte, como todos, nadie está en posesión de la verdad absoluta, pues nos necesitamos los unos a los otros para verificar la verdad. Estaría encantado de hablar contigo en persona.