Más allá del mundo
más acá del cielo
ahí donde surge el abrazo lineal
surco el mar lentamente
entre azules de manchas blancas
atrapado por el hipnótico horizonte.
Pero no puedo engañarme
pues eres tú quien siempre veo
por lejos que huya acabas por aparecer.
Recuerdo cuando nosotros éramos los azules
y cuando los dos nos regalamos aquella promesa
en forma de caricia eterna
luego llegó la maldita tormenta
y nos fundió hasta el gris.
Después desaparecimos.
1 comentario:
Cruzando el Mediterráneo y haciendo, quizá, lo que más me gusta: un cuaderno, un bolígrafo y una intención.
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