Cinco mil millones de años
llenos de furia electromagnética
repletos de incertidumbre cuántica
abarrotados de luchas microóndicas
de infiernos calóricos
y helados colapsos.
Pero al fin surgió el equilibrio.
Tres mil millones de años
desde los experimentos bioquímicos
al ADN, molécula mágica y misteriosa e invencible,
a la espectacular mitosis celular
para que la vida ya no parara de trabajar nunca.
Y ahora estamos todos aquí
quejándonos por menudencias todo el rato
menospreciando el enorme esfuerzo cósmico
de trece mil millones de años
para que podamos respirar.
Y vivir.
Tus quejas, y las mías, sí, sin fuste la mayoría,
ofendiendo a La Tierra y al Sol, dolientes con el tiempo,
no dudes que el Universo las reciclará.
1 comentario:
A veces, muchas veces, quejarnos no sirve para nada excepto para frustrarnos aún más por la energía mal empleada. SALUD y SUERTE.
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